A raíz de los concursos de méritos de estabilización en otras administraciones públicas, especialmente de los convocados por la Consejería de Sanidad del propio Gobierno de Cantabria recientemente (que en todas las baremaciones reconoce con el doble de puntuación la experiencia profesional en el Servicio Cántabro de Salud, respecto a la experiencia en otros servicios de salud en el marco estatal y europeo), ha vuelto a quedar en evidencia la falta de sensibilidad de la Consejería de Educación con el personal interino docente de Cantabria.
Y es que la Consejería de Educación que preside la ¿regionalista? Marina Lombó, con el beneplácito de otras organizaciones sindicales, (que paradójicamente sí lo han defendido en otras comunidades e incluso en otros sectores de la administración pública de Cantabria), está siendo la única que no adopta ninguna medida para favorecer una estabilización de las y los interin@s en el territorio donde hemos venido trabajando. Al contrario, ha acatado sumisamente un proceso que nos sitúa en inferioridad de oportunidades para estabilizarnos en nuestra propia tierra respecto al personal interino de otras CCAA, que ha tenido más ocasiones y facilidades para aprobar la oposición sin plaza en el periodo establecido, lo que nos parece el colmo.
Desde el STEC, tras estudiar el marco legal específico del personal docente (que difiere del personal sanitario, estatutario), propusimos en todo momento:
-> Al Ministerio, una normativa para el «aprobado sin plaza», que no generara discriminaciones entre el personal interino de unas y otras CCAA.
-> A la Consejería, una convocatoria del concurso de méritos que favoreciera la estabilización en nuestra tierra, mediante la inclusión de un acto presencial, tal y como se viene haciendo en las convocatorias de oposición (con el mismo marco legal), convocatoria extraordinaria (sin prueba escrita) e incluso en las bolsas de ofrecimientos de otras CCAA, como Extremadura.
Ni el Ministerio, ni la Consejería, han dado muestra alguna de la sensibilidad que sí están teniendo otras administraciones públicas. Esto puede tener graves consecuencias en el empleo docente en Cantabria, agudizadas además por la decisión reciente de poner «todos los huevos en la misma cesta» (oposiciones 2024), en lugar de repartir la oferta en dos convocatorias, como nos solicitaba el personal interino, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre generada.