El Acuerdo por la Educación en Cantabria, consensuado por toda la Comunidad Educativa y aprobado posteriormente por todo el Parlamento autonómico, establece en su apdo. 4.2.1. (‘Calidad y éxito educativo para todos’) que el calendario escolar «deberá ser acordado con toda la comunidad educativa» y «organizarse bajo criterios pedagógicos y de mejora de la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje», con «un equilibrio de duración de los períodos y con descansos en mitad de los mismos, de tal manera que se puedan evitar, en la medida de lo posible, problemas de fatiga y cansancio para el alumnado, mejorando, además, la convivencia en el centro educativo».
En el punto 25 del anexo (‘Principales referentes que visibilizan y concretan los proyectos y propuestas de este Acuerdo’) insiste en ahondar en un «calendario escolar con más pausas o periodos de descanso intermedios».
Pues la Consejería de Educación, de la misma Marina Lombó del «diálogo» y los consensos, del mismo Partido Regionalista que votó el Acuerdo, pretende revertir todos los consensos para devolver Cantabria al calendario irracional y antipedagógico, basado en las festividades religiosas…