La Confederación de Sindicatos de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza, de la que forma parte el STEC de Cantabria, se acaba de dirigir por escrito, a la nueva ministra de Educación y Formación Profesional demandando la convocatoria de la Mesa Sectorial a nivel estatal. El objetivo de esta mesa es abordar las profundas modificaciones que necesita el actual modelo de acceso a la función pública docente (el concurso-oposición), que deben ser negociadas con prontitud para que sea puesto en marcha con la mayor celeridad posible.
El motivo de esta demanda es la constatación que estamos haciendo durante estos días del fracaso del modelo de acceso que impuso el anterior ministro del Partido Popular, y que se está aplicando ahora en el actual concursooposición a plazas de profesorado de Secundaria. Conviene recordar que el anterior gobierno de España y los sindicatos presentes en Función Pública firmaron un acuerdo para realizar ofertas masivas de empleo público que redujeran en los próximos años las elevadas tasas de interinidad. Ya criticamos en su momento que este acuerdo no viniese acompañado de una modificación del sistema de concurso-oposición; los ligeros cambios que introdujo el ministro Méndez de Vigo fueron claramente insuficientes, lo que motivó que los STEs realizasen diversas movilizaciones en el pasado mes de abril. Ahora estamos viendo las consecuencias de aplicar este sistema de concurso-oposición a ofertas masivas de plazas.
Durante estos días, y sin ni siquiera haber terminado todos los procesos de las oposiciones, se está viendo que el sistema ha fracasado en la medida que los porcentajes de opositores que superan la primera de las pruebas es tan bajo que una parte de las vacantes convocadas se quedarán sin ocupar. En muchas CC.AA. se está planteando este problema, incluso hay territorios en los que buena parte de las especialidades convocadas a oposición han quedado desiertas; de ahí que haya sido ahora cuando nos hayamos dirigido a la ministra Isabel Celaá. En el caso de Cantabria, con los datos que ahora tenemos, el número de plazas que quedarán sin cubrir (se convocaron 406) será como mínimo de un 10%, pero nos tememos que al final del proceso el porcentaje será todavía mayor. En todo ello hay una cuota de responsabilidad, que habrá que depurar una vez que termine todo el proceso, y que hay que adjudicar a graves fallos organizativos y de coordinación que dependen en exclusiva de la Consejería de Educación, una administración que actúa con las mismas inercias de siempre y que repite fallos de años anteriores; pero el problema de fondo es el sistema de acceso en su conjunto.
En efecto, el actual modelo de concurso-oposición es poco objetivo, está basado la primera parte en exámenes puramente memorísticos alejados de la práctica docente, y organizado en base a pruebas eliminatorias. Cuando este sistema se aplica a ofertas de empleo público pequeñas (las que ha habido en los últimos años) sus defectos son menos visibles, pero ahora que hay una oferta potente de plazas los fallos se vuelven evidentes y el resultado final puede llegar a ser penoso. Al hecho lamentable de que el esfuerzo de miles de opositores sea echado por tierra ya en la primera de las pruebas, hay que añadir el problema que supone organizar un concurso-oposición en la que en algunas especialidades queden la mayor parte (o todas) de las plazas desiertas cuando, como en el caso de Cantabria, se tiene una de las tasas de interinidad más altas de todo el país. En definitiva, desde el STEC vemos como una de las primeras obligaciones del nuevo Ministerio la negociación urgente del sistema de acceso que asegure que todas las plazas se cubren y se reduzcan las tasas de interinidad, pero a la vez conjugando con la compensación necesaria al profesorado interino afectado por años de precariedad laboral y que no puede verse expulsado repentinamente del sistema educativo. Una negociación complicada que en su día no se hizo y que ahora empezamos a padecer sus efectos negativos.
Secretariado Regional del STEC
16 de julio de 2018