DESDE LA INTERSINDICAL CÁNTABRA (SUC, STEC, SF y SCAT) MOSTRAMOS NUESTRO APOYO INCONDICIONAL A LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS, TANTO DE SNIACE, COMO DE LAS DEMÁS EMPRESAS EN CRISIS
Desde la Intersindical Cántabra hemos emitido un comunicado en el que recordamos que cuando hace apenas dos meses veían con sorpresa la cascada de empresas en crisis de Cantabria, traducida en la presentación de distintos EREs, las especulaciones venían motivadas por una supuesta derogación de la reforma laboral, prometida por los partidos del Gobierno de coalición en sus campañas electorales.
Muchos pensaron que las empresas estaban tomando posiciones, tratando de anticiparse, con acuerdos o medidas de salvaguarda, con las que «protegerse» de una previsible modificación de las condiciones laborales que tan favorables les estaban resultando, como consecuencia de la mencionada reforma laboral.
Los últimos acontecimientos, sin embargo, centrados, sobre todo, en el acuerdo de liquidación de Sniace, pudieran dar a entender que las especulaciones anteriores eran eso, meras especulaciones, y que la razón de tales movimientos empresariales tenía la explicación de lo que ahora está saliendo a la luz: las medidas que el gobierno piensa llevar adelante en el terreno energético.
Para la Intersindical Cántabra ambas cosas no son contradictorias, sino que, más bien, pueden ser complementarias: los EREs serían un toque de atención a los trabajadores para crear una psicosis de situación crítica, que les predispusiese a aceptar propuestas negativas futuras como un mal menor.
Lo que todo esto revela es que el sector industrial, en Cantabria, muestra debilidades importantes y carece de apoyo efectivo por parte del Gobierno autonómico, ya que no existe un verdadero plan industrial, un plan de futuro que refuerce las potencialidades del sector y amortigüe sus limitaciones, y que sea un plan cántabro, elaborado en base a un estudio de nuestra realidad, y no dejándose llevar por modas o corrientes exteriores de difícil aplicación en nuestro entorno.
Y, sobre todo, para Intersindical Cántabra, un plan con fundamento, que no venda humo, como tantos proyectos (o más bien «ideas felices») a que nos tienen acostumbrados, tanto el consejero de Industria como el propio presidente Revilla, a quien no podrán perdonar el fiasco de la tan cacareada y frustrada recuperación de la mina de Reocín.
Desde la Intersindical Cántabra (Sindicato Unitario de Cantabria, STEC, SF y SCAT ) mostramos nuestro apoyo incondicional a los trabajadores y trabajadoras, tanto de Sniace, como de las demás empresas en crisis. Y, más allá de las buenas palabras y medidas concretas de apoyo que sirvan para paliar las consecuencias inmediatas de esas crisis, reivindican, de una vez por todas, la elaboración de un auténtico y realista Plan Industrial, totalmente integrado en ese Plan de Ordenación del Territorio que tanto se hace de rogar, o al que los distintos gobiernos, no se sabe por qué, parecen temer.