Con cuatro años de inestabilidad política, tres convocatorias de elecciones generales y una moción de censura que acabó con el mandato de Mariano Rajoy, el próximo 28 de abril las urnas decidirán un nuevo gobierno central. Durante esta etapa, el STEC a nivel autonómico y su confederación (STEs-intersindical) a nivel estatal, hemos exigido a los partidos políticos en cada contienda electoral revitalizar y dignificar la Educación Pública, sustraerla de los intereses ajenos determinados por los mercados, las directrices neoliberales y los dogmatismos, y construir una Escuela Pública democrática, equitativa, compensadora, laica, coeducadora y respetuosa con las culturas y lenguas territoriales.Ahora, en las elecciones que van a tener lugar este domingo, el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza de Cantabria contempla con gran preocupación como algunos partidos políticos han incluido en su programa electoral la extensión del régimen de conciertos educativos.
El STEC, que siempre se ha opuesto al sostenimiento de los colegios privados con dinero público, quiere llamar la atención, mediante esta nota de prensa, acerca de que sean varios los partidos políticos que incorporan en sus respectivos programas el aumento de los conciertos. En efecto, en materia educativa, una de las propuestas que mayor visibilidad está teniendo, es la idea de extender los conciertos a los tramos no obligatorios del sistema que aún no están sostenidos con dinero público. En algunos casos utilizando el eufemismo de “extender la gratuidad de la enseñanza” y siempre con el argumento falaz de la libertad de elección de las familias, los partidos de la derecha están prometiendo concertar el primer ciclo de Educación Infantil (el cero-tres años) y el Bachillerato. La medida, estando las competencias de educación transferidas a las CC.AA., se tendría que implementar desde el legislativo mediante una ley que impusiese a las administraciones autonómicas esta obligación; de ahí la importancia que va a tener la nueva correlación de fuerzas políticas que conformarán las Cortes generales tras las elecciones del domingo.
Para el STEC resulta indignante que después de varios años con unos recortes durísimos que se ensañaron con la enseñanza pública, ahora, cuando se empezaban a revertir tímidamente algunos de ellos, se pretenda lanzar una nueva ofensiva favoreciendo a la red privada en detrimento de la pública. Este sindicato considera que este es el peor ataque que puede padecer nuestro modelo de escuela pública. En primer lugar porque se van a detraer importantes fondos que tendrían que dirigirse al sistema público para desviarlos a los negocios privados de la Educación. Por ejemplo, en el caso de Cantabria y en una primera estimación con los actuales datos de matrícula y de coste del módulo concertado por etapa, extender los conciertos al primer ciclo de E. Infantil y Bachillerato, comprometería anualmente más de seis millones de euros. Pero, en segundo lugar (y esto es lo más preocupante) hacer gratuito tanto el primer ciclo de E. Infantil como el Bachillerato supondría una competencia de los centros privados a la que sería difícil hacer frente por parte de la pública. En efecto, las patronales de la privada verían cumplido su viejo sueño de poder ofertar dentro de un mismo centro todos los tramos del sistema, con lo que las familias podrían escolarizar a sus hijos gratuitamente desde los cero hasta los 18 años. Ningún centro público pude hacer esta oferta ya que como mínimo un alumno a lo largo de su escolarización tiene que pasar por dos centros públicos distintos, y a veces hasta por tres (uno para las etapas de Infantil y Primaria, otro para la ESO y otro para Bachillerato). En definitiva, la competencia desleal que la red privada iba a hacer con esta oferta educativa completa implicaría, muy probablemente, un desvío de matrícula de una red a otra, con lo que el coste inicial que calculamos ligeramente superior a los seis millones de euros, podría multiplicarse.
Desde este sindicato ya advertimos que para nosotros sería una auténtica declaración de guerra que se hiciese un trasvase de fondos hacia la enseñanza privada con el objetivo de competir en condiciones abusivas de ventaja sobre la pública; fondos que tendrían que destinarse, primero, a revertir definitivamente los recortes padecidos hasta ahora, y, en segundo lugar, a avanzar y mejorar la calidad de nuestro sistema público. Es por ello que animamos a todas aquellas personas que, de una u otra manera, estamos vinculadas con la escuela pública a que lean con atención los programas electorales de las distintas formaciones que van a concurrir a los comicios del domingo, y que, en consecuencia, reflexionen sobre el enorme peligro que supondría el votar por un gobierno que pueda extender los conciertos educativos a todos los tramos del sistema.