En plena crisis sanitaria y económica, cuando se ha evidenciado más que nunca la importancia de lo público y los riesgos de hacer recaer sobre empresas privadas ámbitos esenciales de nuestra sociedad como la Sanidad, la Educación, los servicios sociales, el cuidado de nuestr@s mayores o la limpieza, sigue habiendo quienes quieren mantener sus volúmenes de lucro con estas labores fundamentales y en plena pandemia, a costa de las familias. Son los que pagan miserablemente cuando el negocio va bien y quienes despiden en cuanto van un poco peor, quienes desatienden el servicio cuando no es rentable. Y en el Parlamento de Cantabria, sigue habiendo quienes apoyan esta lógica de financiar con dinero público lo privado, con las necesidades de recursos que enfrenta nuestra Educación Pública. Pero cada vez son menos, porque la mayoría de nuestro pueblo está con y en la Pública.