STEC-SF-SCAT-SUC
1º de Mayo de 2021
Lo primero que queremos manifestar públicamente es nuestra repulsa ante el auge del terrorismo ultraderechista que estamos viviendo en los últimos tiempos. Con coacciones, amenazas y agresiones, pretenden impedir cualquier atisbo de los cambios que la clase obrera necesita, como han hecho históricamente, pero no nos van a callar. En las calles, en las redes, en los
centros de trabajo… ni un paso atrás, ni un resquicio al fascismo.
La mejor vacuna contra el peor mal que ha sufrido la Humanidad es la concienciación y organización de la clase obrera. Por eso estamos aquí de nuevo este 1º de mayo, movilizados, empujando en defensa de las reivindicaciones del pueblo trabajador cántabro.
Ciento dos años después de conquistar la jornada de 8 horas, vemos cómo nuestros derechos sociales van desapareciendo para convertirse en lucrativos negocios de bancos, aseguradoras y sus correspondientes fondos buitre. Vivienda, sanidad, educación, servicios sociales, cuidados de nuestros mayores, son cada día que pasa menos públicos y más privados. Buscan precarizar lo que es de todas y todos, para engordar negocios privados sólo al alcance de unos pocos.
Cada año, en Cantabria trasvasan 110 millones de dinero público al negocio de la sanidad y la educación privadas.
Incluso el cuidado de nuestros mayores lo han convertido en negocio de grandes empresas que explotan a trabajadoras y usuarios, además de llevarse el dinero público.
En Cantabria, de 83 residencias de mayores sólo 3 son públicas, el resto son privadas y en ellas los derechos de las residentes no hay quien los controle ni los defienda, como ha evidenciado el desastre de la pandemia.
Es necesario y urgente que se reconozcan los trabajos de cuidados, asumidos en su mayoría por mujeres, que una vez más son las grandes perjudicadas por esta crisis, soportando la brecha salarial .
Todo esto ocurre mientras los gastos del estado se financian con unos impuestos que recaen sobre quienes tenemos nómina o pensión y vivimos de nuestro trabajo, mientras se rebaja para las grandes fortunas. El Impuesto de Sociedades, se ha reducido de 48.000 millones en 2008 a 25.000 millones en 2020.
El suelo y el dinero público van a promotoras y constructoras privadas que gestionan la vivienda social como su negocio particular. Tenemos el ejemplo cercano de las viviendas de protección oficial de Nueva Montaña. Aquí la vivienda social se ha convertido en un millonario negocio. Demandamos al Gobierno que expropie esas viviendas al precio que marque la ley y se las entregue así a sus legítimos propietarios. Así mismo, nos solidarizamos con los compañeros represaliados por parar el desahucio en Astillero.
Desde la IC, exigimos al Gobierno de España:
• La derogación de la ley de la Seguridad Social de 1997, que promociona y alienta la sanidad privada.
• Modificar la legislación educativa que permite la financiación de la enseñanza privada y religiosa con dinero público.
• Derogación de las leyes en contra de las pensiones públicas de 2011 (avaladas por ccoo, ugt, la patronal y Zapatero) y la de 2013 impuesta de forma unilateral por el PP y Rajoy.
• Derogación de la reforma laboral de 2010 impuesta por el gobierno del PSOE y que puso el despido al gusto de los empresarios, reduciendo su costo y las condiciones para practicarlo, o sea el despido a la carta.
• Derogación de la Ley de reforma laboral del mercado de trabajo de 2012 impuesta por el PP. Contratación, despido, remuneración salarial,
convenios colectivos, ultraactividad de los mismos, han pasado a mejor vida.
• Derogación de la Ley mordaza, que sólo sirve para eliminar toda disidencia social, política o sindical.
A su vez, exigimos al Gobierno de Cantabria un cambio de modelo productivo, que genere empleos dignos, que no nos haga dependientes del turismo, que cuide nuestro patrimonio cultural y natural. Políticas que pongan en el centro la economía social y la calidad de vida de quienes vivimos y
trabajamos aquí. Somos una de las comunidades del mundo con menor natalidad, porque no
hay políticas de conciliación laboral y familiar, porque nuestros jóvenes no se pueden emancipar y se ven forzados a emigrar para encontrar empleo digno.
Ahora, con los fondos europeos para la recuperación económica pretenden ahondar en el modelo dependiente y subdesarrollado que nos ha conducido a la crisis económica, social y sanitaria, en lugar de destinarlos a la transformación que el actual sistema necesita.
Los gobernantes tienen que cumplir sus promesas electorales.
Los sindicatos de clase debemos exigirlo.