El Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza de Cantabria (STEC) tiene que criticar, una vez más, la manera cómo las autoridades sanitarias están gestionando la vacunación de los colectivos esenciales y, en particular, el colectivo docente. A los retrasos ya denunciados y el olvido de determinados sectores del profesorado, se une ahora la manera cómo se trata la decisión de las personas de menos sesenta años de completar la pauta de vacunación, con dosis de Pfizer o con AstraZeneca.
Este sindicato quiere hacerse eco del malestar que existe entre una parte del profesorado por la exigencia de la firma de su consentimiento expreso para recibir la segunda dosis de AstraZeneca. La manera como se ha redactado el documento de consentimiento informado tiene un evidente sesgo disuasorio que consigue alarmar a muchos compañeros y compañeras que, a su vez, reclaman información médica de las también posibles consecuencias de optar por la dosis de Pfizer, información que, a diferencia del caso de AstraZeneca, no se da.
Desde el STEC queremos criticar la política que se está siguiendo en la estrategia estatal de vacunación, entre otros motivos porque parece muy evidente que determinadas circunstancias de índole puramente política, como es ahora el conflicto que la UE mantiene con la farmacéutica anglo-sueca, están condicionando las decisiones médicas.